2024-11-12
“Más que ofrecer una reflexión cerrada, busco que mis trabajos formulen interrogantes para compartirlos con el público”
La Sección Oficial de ZINEBI ha seleccionado el cortometraje ‘Exergo’ para la edición de este año. Este trabajo del director Jorge Moneo Quintana y la productora Kleinen Filmak forma parte también de la edición de 2024 del prestigioso catálogo KIMUAK. El director gasteiztarra nos analiza lo que han supuesto para el cortometraje estas dos selecciones, y nos habla también de los proyectos que tiene a futuro.
¿Cuál es el mensaje principal que deseas transmitir con este cortometraje?
‘Exergo’ surge de un encargo, una invitación a participar en la exposición ‘That Time’ producida por Tabakalera junto con el Museo de Bellas Artes de Bilbao y comisariada por Oier Exteberria y Miriam Alzuri. En dicha muestra se deslocaliza un buen numero de obras del museo de Bilbao para ser exhibidas en el centro de cultura contemporánea de Donostia. Además, nos invitan a tres artistas a participar con una nueva producción. A mí se me propone hacer algo en relación al museo de Bilbao, cuyo edificio en ese momento se encuentra en fase de remodelación y ampliación. Este hecho es en sí mismo interesante, ya que algunos trabajadores y trabajadoras, como aquellas que aparecen en ‘Exergo’, tienen que desempeñar sus labores en espacios de carácter provisional, fuera de sus espacios habituales de trabajo, hasta que las obras concluyan. A mí me llama la atención el Departamento de Conservación y Restauración, donde encuentro a un grupo de mujeres -a excepción de un hombre- de diferentes edades y trayectoria profesional. Algunas de ellas son veteranas, prácticamente en su última etapa profesional, mientras que otras se acaban de incorporar como becarias tras finalizar sus estudios universitarios. Esa deslocalización espacial, además de la diversidad presente en el grupo de trabajadoras, y las propias labores que desempeñan, suponen el punto de partida de mi cortometraje.
‘Exergo’ propone una mirada a ciertos elementos vinculados al arte y al museo que normalmente pasan desapercibidos o a los que se presta menor atención. Se trata de mirar un poco qué hay detrás: detrás de los muros del edificio del museo y más allá de las salas donde se exhiben las obras, donde se hallan los espacios de estas trabajadoras; detrás de las capas de pintura de ciertos cuadros, donde se encuentran imágenes; detrás de los propios lienzos y bastidores donde aparecen marcas, numeración, registros de los cambios de propiedad de las obras, etc. Del mismo modo, ‘Exergo’ propone también mirar las propias condiciones de producción de dichas obras y atender a las condiciones económicas, sociales y psicológicas en las que las y los artistas tanto actuales como del pasado desempeñan su actividad profesional.
Sin embargo, y a pesar de poder sonar contradictorio, ni con ‘Exergo’ ni con ninguna otra película trato de transmitir un mensaje en concreto. No entiendo el cine, ni en general el arte, como una modalidad comunicativa en la que el autor/artista haya necesariamente de comunicar algo al público/espectador. Si bien entiendo el cine como un acto de comunicación y de intercambio, no creo en una transmisión unidireccional. Mis películas no nacen de un tema en concreto sobre el que deseo expresarme, sino más bien de una situación concreta y de los límites de un contexto. En el caso de ‘Exergo’, el contexto del cual pretendía extraer algo es el de mis visitas al museo durante un breve lapso de tiempo, en un momento en el que el museo se halla en un proceso de transformación. Espacio y tiempo son los dos grandes condicionantes, diría que incluso del cine en general. Y luego ya vienen los temas, las cosas de las que habla la película, que aparecen en el proceso de hacer una película, bien porque los encuentro o por que ya están ahí previamente en mi mirada, en mi sensibilidad o en la memoria que traigo de mi experiencia vital. El proceso de hacer una película es encontrar las relaciones, correspondencias o contrastes entre los elementos, personas y sucesos que aparecen en ese espacio y en ese tiempo. Más que ofrecer una reflexión cerrada o una respuesta, busco que mis trabajos formulen interrogantes para compartirlos con el público. Creo que también hay algo de intentar hacer visible lo invisible o invisibilizado, lo cual en ‘Exergo’ es especialmente literal (risas).
¿Cómo fue el proceso de producción del cortometraje?
Al llegar al museo se me ofreció la oportunidad de trabajar con el Departamento de Archivo de dicha institución. Era una propuesta que venía a raíz de mis películas a partir de materiales de archivo. Sin embargo, al visitar el Departamento de Conservación y Restauración, y por las razones que he comentado antes, entendí que era ahí donde quería filmar. ‘Exergo’ también utiliza imágenes de archivo, pero se trata de aquellas producidas a iniciativa del Departamento de Conservación y Restauración del museo. Se trata de imágenes producidas mediante diversas tecnologías de la imagen como la fotografía infrarroja, la luz ultravioleta, la microfotografía o los rayos X. Este tipo de imágenes llamaron inmediatamente mi atención por sus características plásticas y también porque muestran elementos de las obras de arte de otra forma invisibles a nuestros ojos.
Por otro lado, como las limitaciones de tiempo para hacer esta película eran importantes, sentí la necesidad de trabajar en un texto que ayudara a estructurar el metraje. Finalmente, la película se apoya de forma intensiva y extensiva en dicho texto, pero intenté que hubiera al menos ciertos huecos en él, ciertos elementos que no se explicitan para invitar a la espectadora a que repare en ellos. Podríamos decir que este texto es el elemento ficcional del cortometraje: un email que una mujer joven escribe a otra. Una narradora principal locuta este texto desdoblándose puntualmente en otras voces femeninas, las cuales pertenecerían a los personajes que el propio texto menciona. Nunca sabemos con certeza quién lee dicho email, si la emisora o la receptora de dicha misiva y al aparecer esas otras voces se produce un efecto paradójico que me interesa.
El corto forma parte del Catálogo Kimuak de este año. ¿Cómo viviste esta noticia?
Participar en Kimuak es una estupenda noticia y la recibí con entusiasmo y mucho agradecimiento. Es la primera vez que se selecciona mi trabajo en el catálogo y eso produce especial ilusión. Mis películas se mueven un poco en los márgenes del documental, el ensayo, el experimental… y de alguna forma lejos de los patrones más industriales. Mi cine ha sido siempre humilde en cuanto a presupuesto y a la utilización de tecnología de alto coste, centrándome más en la exploración formal y en las propias posibilidades del medio desde un método casi artesanal. Todo esto puede provocar que mi trabajo resulte menos elegible en determinados catálogos y focos, por lo cual agradezco también a Kimuak y al jurado por su coraje a la hora de tomar riesgos incluyendo trabajos que, como el mío, se alejan de ciertas convenciones que existen tanto en el cine documental como en la ficción.
¿Qué beneficios crees que puede aportar estar seleccionado en un catálogo como este?
La visibilidad, el reconocimiento del trabajo y la oportunidad de que una película de corta duración pueda viajar a festivales y encontrarse con el público. Todo esto es en sí un premio.
¿Consideras que puede ayudar a abrir nuevas puertas o crear nuevas relaciones laborales?
En esta profesión los caminos son bastante inescrutables, pero siempre hay ese deseo de que un trabajo te lleve a otro, de que la selección en un catálogo o en un festival te transporte a una nueva película y, así, también a una mejor situación profesional.
¿Qué significa haber sido seleccionado en Zinebi?
Es una selección importante, ya en primer lugar por su trayectoria histórica. Pero, además, al igual que sucede con Kimuak, es la primera vez que participo en la Sección Oficial del festival con un trabajo mío, lo cual me hace especial ilusión.
‘Exergo’ guarda una relación muy estrecha con la ciudad de Bilbao, por el papel del museo en la película y porque en ella se hace constantemente referencia a dicha ciudad: aparece el problema de la vivienda, la turistificación, además de apuntarse diferentes efemérides históricas como, por ejemplo, la primera exposición internacional de pintura y escultura de Bilbao, celebrada en 1919.
¿Qué esperas de tu participación allí?
Sobre todo, el encuentro con el público. Creo que para alguien que se dedica a hacer películas lo más importante es tener algún tipo de retorno de parte de los espectadores, entender si esta toca alguna tecla importante en el público y dónde lo hace. Muchas veces las películas viajan y uno no tiene ese retorno en forma de impresiones y, aunque esto sea en cierto modo inevitable, ese hecho transmite algo de frialdad y cierta agnosia respecto a la recepción de tu trabajo por parte del público general. Por ello, considero que lo más importante para desear seguir haciendo lo que hago es ese encuentro en el público.
¿Cómo está siendo el recorrido del cortometraje por festivales? ¿Y su acogida?
Estoy muy contento con el recorrido. Después de la exposición en Tabakalera, ‘Exergo’ se estrenó en un festival con una importancia histórica como el de Oberhausen. Fue en la 71ª del festival alemán, y ahora lo hace en la 66ª edición de Zinebi. Son festivales de una edad realmente venerable (risas). Entre Alemania y Bilbao, el film ha viajado a Colombia, Rusia, Suiza, México, y ahora lo hará a Cataluña y a China… Y espero que aún le queden lugares por visitar.
De cara al público general, ¿podrán acceder en un futuro de alguna forma al corto? ¿Está previsto que esté disponible en alguna plataforma, por ejemplo?
EITB ha adquirido los derechos de emisión, pero para poder verla en la pantalla pequeña aún queda que ‘Exergo’ termine su periplo por festivales. Así que aún falta un poco…(risas).
En cuanto al futuro, ¿tienes algún nuevo proyecto entre manos? ¿Nos puedes adelantar algo?
Siempre hay varios proyectos zumbando en la cabeza. Ahora mismo tengo varios procesos abiertos, cada uno en diferentes fases de su desarrollo, y estoy aún entendiendo qué pueden suponer o a dónde me pueden llevar cada uno de ellos. Esa incertidumbre puede constituir un factor de inestabilidad, pero considero que también tiene su parte de belleza; hacer camino caminando. Y aprender e intentar empujar un poquito más allá los límites del lenguaje hasta ahora explorados por mí en mis trabajos.
De momento prefiero no adelantar nada, ya que a veces siento que los proyectos pueden sufrir cierto desgaste de tanto verbalizarse. Es algo que ya he experimentado. Pero creo poder prometer que esos proyectos se convertirán en películas honestas y hechas a partir del deseo y el compromiso.